Aquí os narro mi vida en estas páginas virtuales, porque siempre podremos editar una mala página, pero nunca una página en blanco.

No hay mayor aprendizaje que superar la adversidad, transformando las heridas y cicatrices, en sabiduría y enseñanzas.

Uno mismo conoce la historia de su vida al completo, los comos y los porqués, por tanto, solo él mismo puede criticarse, aplaudirse o juzgarse, lo demás y los demás deben ser irrelevantes para su vida tanto física como emocionalmente, porque amigos, el poder verdadero de una persona, no se mide por el tamaño de su fuerza, sino por la fuerza de su corazón…

Las personas estamos hechas de emociones, siempre buscamos emociones positivas y solo es cuestión de tiempo y paciencia, el encontrar la fórmula de hallarlas y experimentarlas.

Pero amigos, por mi propia experiencia os digo, que hay muchas maneras de hacerlo, el tiempo y la vida tiene su manera particular de entregárnoslas, y desde que nacemos y más aún, desde que somos conscientes de lo que en realidad es la vida, comprendemos que estamos expuestos a la adversidad de la misma, al peligro del caprichoso y ejecutor destino, de accidentarnos o lesionarnos gravemente, o hasta incluso de que nos alcance la muerte.

Pero siempre habrá personas que te ayuden, personas competentes que se impliquen, dediquen su tiempo teniendo fe y un propósito en un final, sino el tan deseado feliz, si el más positivo posible y alcanzable, y el resto depende de la actitud personal y paciencia de cada uno, porque amigos, no hay mayor aprendizaje que enfrentarse y superar a la adversidad, renacer transformando las heridas en sabiduría, experiencia y enseñanza, y devolver ese trato y ese conocimiento, en ayudar a los demás..

Y ya hacía tiempo que por esas mismas circunstancias, creía que de nuevo a ejercitar el cuerpo y liberar la mente, por aquí, no volvería a rodar, pero, el tiempo, la paciencia, y la fe en las personas y sobre todo, en uno mismo y en la fuerza mental, ha hecho que la vida, mi vida, realmente sí que vaya tomando una verdadera normalidad.

Porque amigos, ningún poder nos roba tan eficazmente a la mente todos sus poderes de actuar y razonar como el miedo a lo que vendrá tras la adversidad, así pues cuando el mismo te supere, para, respira, confía en ti mismo y en tu fuerza mental, y por seguro que tu cuerpo, 
aunque sea por la inercia, en la lucha por la vida, siempre te acompañará.

La vida es dura, eso no os lo voy a descubrir ahora, y nos pone al límite en demasiadas ocasiones.

La adversidad nos cubre con su manto negro de oscuridad y ensombrece cualquier perspectiva de vida, hasta tal punto, que la propia ansiedad de estar cegados por la misma, nos llega a ahogar y asfixiar.

Pero amigos, por propia experiencia os puedo decir, que uno no se ahoga por caer al agua, se ahoga por no hacer nada, resignándose y quedándose en ella, porque aunque la vida nos agote con sus continuas zambullidas, siempre debemos tener actitud y aptitud para, aún con la mínima fuerza pero con decisión y constancia, no dejarnos sumergir, porque en la superficie está el aire, y el aire es lo que nos da la vida.

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Un saludo.
Raul Martinez