Cuando haces las paces con la vida, es cuando te conviertes en VIDA.
El qué o a quién dejarse acercar así como de la misma manera alejar, pero ante todo sonreír siempre y a la vida agradecer en cada despertar por un día más para sumar, pero prevaleciendo siempre intentar sanamente disfrutar y reírse de uno mismo/a es algo que para mí sería fundamental.
Porque muchas veces la gente solo ve en tu silla que es lo que has perdido, y quizás sea así porque es irreversible y sí, acarrea muchos inconvenientes que pueden frenarte mentalmente y limitarte si los dejas hasta el punto de ser casi “invisible”, pero no se paran a pensar ni por un momento en lo que con paciencia, actitud y constancia, has ganado.
Y puesto que no se puede cambiar el pasado, si ir creando un cada hoy, y mientras la vida te lo permita y el destino ayude, porque no el futuro, ya que al final solo queda aceptar los cambios por duros que sean, pero eso sí, saber siempre sacarles provecho, avanzar y crecer.
Ya que la vida es un continuo aprendizaje. Una pura simbiosis de conjuntos de aciertos y errores, en la que siempre hay que reconocer que somos ignorantes para así de la experiencia poder cada vez más aprender.
Cuando pasados dos meses solicité el alta en el Hosp. de La Paz en Madrid, para comenzar una nueva etapa en el Hosp. de Toledo para mi rehabilitación comenzar, alguien me dijo en la despedida que pese a mi juventud, inexperiencia, “palos” y decepciones de la vida y gente, aún postrado en una cama me había llevado ya, tuviera fe en las personas y no estuviera triste por lo que y por quien allí dejaba que en la fase más crítica me ayudó a sobrevivir y mejorar.
Que confiara en mí, desarrollara y creyera en mi instinto y lo que en esa desconocida e intrigante novedosa etapa podría encontrar, porque aunque la maldad y falta de empatía, palabra poco usada entonces y apenas conocida que en la actualidad es tristemente llevada muy al uso por una sociedad cada vez más individualista y asocial, abunda de más, pero que siempre aparecerá algo bueno o alguien con bondad, y en esa creencia basé mi “nueva” vida, quizás en creerlo de verdad y por demás, para luego la misma enseñarte con rapidez a crecer, madurar y la experiencia hacerte detectar a distancia su veracidad, saberlos diferenciar pero sobre todo y con paciencia el cómo, el cuándo y la manera en que actuar.
Y continuando con lo que anteriormente decía y para finalizar, por mal u oscura que creas que se torna la vida, sonriele y con filosofía positiva tomatela de verdad, porque esa es la mejor manera de saber sobrellevar y superar toda situación adversa en la que te encuentres un día, como en mi caso, en el que mi vida empezó de nuevo el día que casi termina en lo que ha sido, es y será una vida sobre “ruedas”.
*33 años y seguimos sumando. A darle vida a la vida.
Un saludo.
Raúl Martinez