La vida está sin duda repleta de preguntas sin respuesta, pero en el coraje y la actitud de buscar esas respuestas para ver los errores e intertar no volverlos a cometer, es lo que continúa dando cierto sentido a la vida, porque puedes pasar la vida resignandote y sumido/a en la desesperación, preguntándote por qué fuiste tú o el porqué de que el destino te haya elegido y conducido hacia un camino de dolor o puedes sobreponerte, luchar y estar agradecido/a de seguir vivo/a y ser lo suficientemente fuerte como para sobrevivir, adaptarte y jamás dejarte sucumbir.
Los errores o incoherencias que se cometieron en el pasado, quizás derivadas de la inmadurez o de sueños idealizados, simplemente es pasado y así debe ser ya que lo verdaderamente importante es lo que sí hagas en la madurez del presente acorde a tus valores, y como no, al aprendizaje.
Y casi seguro nuevamente errarás porque eso es implícito en el ser humano, pero lo que sí ya sabrás es cómo superar, quizás ignorar, seguramente solucionar o simplemente mejorar para así seguir y poder evolucionar, porque con cada amanecer tendrás una nueva oportunidad de aprender, crear y porqué no, soñar y visualizar lo que deseas con los mínimos errores, llegarlo a lograr.
Y recuerda que el mundo es más pequeño si dejas que te atrape mentalmente el pasado ya que lo que hagas en la vida siempre puede marcar la diferencia, pero tienes que tener claro y muy cristalino en saber que tipo de diferencia quieres marcar.
Al final, la vida no deja de ser un gran conjunto de piezas que unas encajan, otras no y otras tu decides desencajarlas u obviarlas pero nunca, el creer tener muchas pueden hacerte conformar una mejor forma sino que a veces, con cada pieza que quites, pierdas o te desprendas te puede hacer mejor y crear algo más simétrico y a la vez completo/a.
Casi siempre la solución a los problemas o adversidades depende desde donde y como se enfoque, y aun pese a los temores que pueda provocarte, piensa siempre en la solución con una perspectiva de diferentes ángulos recordando eso sí, que es bueno reconocer tus miedos pero que ello nunca determine tu camino.
Y hay que asumir que siempre llegará ese momento, ya sea por los caprichos de la vida, otros quizás inducidos por ciertos comportamientos sociales o a veces por esas incoherencias del destino, que la vida te frene en seco y debas decidir o pensar qué tipo de persona quieres ser o en la que te has convertido, pero eso sí, antes de decidir u opinar, si no conoces su historia no conocerás nunca a la persona.
La felicidad es la única emoción que no se puede fabricar ni evitar, solo sentir, por ello siente y vive todo lo que puedas ya que aunque la vida es un tesoro, también lo es la felicidad y habrá ocasiones que sucumbas ante un montón de dudas pero si prestas bien atención, las respuestas casi siempre las hallarás en los actos y casi nunca en las palabras.
Y en consecuencia lograr ser lo más “independiente” posible, en ocasiones, no se trata ni se logra con tener todo perfectamente adecuado sino más bien, y lo que más te ayudará siempre en las distintas ocasiones y lugares en las que te lo encuentres, es averiguar qué trucos realmente te funcionan, porque muchas veces el ingenio, las mañas y sobre todo la actitud son esas cosas que si las fomentas nunca te fallarán indistintamente de cual sea tu mejor aptitud.
Eso sí, sonrie, se agradecido y amable ante la vida porque la amabilidad, es un comportamiento y como tal puede inclinar la balanza hacia la empatía y felicidad o al desánimo y astiedad.
