Nunca consideres el estudio como una obligación, si no como una oportunidad para penetrar en el mundo del saber y crearte un futuro.
Cuando llega el momento de volver a retomar tus estudios donde lo dejaste, empieza un cúmulo de inquietudes en tu cabeza de lo que te esperará, de cómo te mirarán y de cómo te tratarán los compañeros que un día dejaste y sobre todo de como podrás enfretarte a eso tú solo.
Tus manos no son las de antes, tus piernas no son las de antes y tus amigos no son los de antes, los pasillos por los que andabas serán los mismos pero no para ti, las clases serán las mismas pero no para ti, y las zonas por las que te movías serán las mismas pero no ya para ti porque ahora sois dos, tú y tu silla de ruedas y de ti dependerá conjugar esa fusión para que seas y te sientas uno solo.
Solo queda de tu pasado tu mente y una fuerza ilimitada que tendrás que usar para incorporarte, compenetrarte y demostrar día tras día, no sin un gran esfuerzo, que eres normal, que eres la persona de antes, que te sientes normal y quieres demostrarlo, pero ahora, sentada.
Y tienes que hacerlo, poque de ello dependerá tu futuro, un futuro del que un día la vida te cerró muchas puertas pero te dio la oportunidad de abrir otras, de tí dependerá saber, aprender y tener el coraje de cuáles querer abrir, y tendrás que descubrirlas tú.
Irte por el camino de la autocompasión, de la lástima, de la depresión, es muy, muy fácil, y de ser muy débil también, porque la educación, TU EDUCACIÓN, es quizás tu rehabilitación más importante porque a donde físicamente no puedas llegar, tu mente, tu formación y tu destreza te harán llegar.
La educación de la vida es muy importante, pero no más que la formación que obtendrás en los libros, porque enfrentándote a tu vuelta al instituto, a tu clase, volverás a hacerte dueño de una parte de ese pasado que dejaste para comenzar un futuro.
En el instituto deberás ser fuerte, y mucho, dispuesto a recibir quizá el mayor ataque moral que recibirás desde que regresaste, pero lo necesitarás, y lo necesitarás porque te hará más fuerte, te hará más sabio, y te empezará a crear una coraza con la que te protegeras el resto de tu vida hasta que llegue el día de desprenderte de ella.
¿Y por qué esto? porque te verás, como hasta ese momento en tu nueva vida, pasando por las etapas anteriores de subida y bajada moral por parte de los demás, de sentirse protegido, atendido, ayudado porque eres la novedad, lo nuevo, lo raro... y pasará a convertirse luego en un desinterés, crítica y hasta incluso lástima.
Y por todo ello necesitas ser fuerte, tener coraje y aprender, aferrarte a tus dos o tres nuevos amigos que te aceptan tal cual estás y que no te dejarán.
Yo siempre he dicho que los amigos que conoces como discapacitado, no te fallan casi nunca, porque ya te han conocido y elegido como amigo así. Entonces confía en ellos y lo más importante enséñales y déjate enseñar. En mi caso yo tuve, y mantengo, uno del Instituto Santi Baos y otro en los estudios de Informatica Antonio Prados, desde aquí mi más profundo agradecimiento, sin olvidar a mi amigo Ramón S. Mellado que me ayudaba a diario a subir y bajar del coche..
Como veis después de más de 10 años de estudios, aparte de mi titulación, conseguí tres grandes amigos, y una cosa os voy a decir, NO MÁS, al final tus amigos los cuentas con los dedos de una mano, porque conocidos habrá muchos, pero amigos......
En mi caso la educación lo fue y ha sido todo, cuando físicamente no podías llegar a muchos sitios, e internet estaba aun en pañales, la mente y los libros te abrían un mundo sin fronteras, sin problemas de accesibilidad, yo te aconsejo que NO TE CIERRES Y LES DEJES ENTRAR, porque de ello dependerá ir subiendo un poquito más de ese pozo en que un día caíste.
Yo tenía que ir a diario a Toledo a rehabilitación y a empezar con un sistema novedoso de la época para ponerte en pie y caminar con electroestimulación muscular llamada Parastep, de hecho fui el primer tetrapléjico en hacerlo.
Me levantaba a las 8 de la mañana y estaba de vuelta a las 2, a las 4 iba a otro fisio, Severino un gran físio (D.E.P) que me hizo recuperar físicamente el 70 % de mi y después iba al instituto, al nocturno y acabé BUP Y COU, así durante más de 5 años de lunes a viernes.
El taxi se convirtió en mi aula de estudios y Cristóbal el taxista en mi tutor (jeje) y en él me preparé y aprobé el instituto, el carnet de conducir, la técnica y superior de informaática, y posteriormente la ingeniería.
Con esto no quiero decir que sea un superhéroe, NO, sólo que las ganas de labrarte un futuro y sentirme un poquito más normal, lo puede todo, solo hace falta tenacidad, fuerza, fuerza, fuerza y un poco de coraje y paciencia.
Verás como la silla no es impedimento para saber, para aprender, para que un día, el día de mañana puedas comenzar una nueva etapa, una etapa quizás la más dura y la mas discriminatoria, crítica, abusiva y desmoralizante como será la laboral, pero eso la trataré en otro capítulo.
Y repito, se fuerte, regresa a tus estudios y no caigas en la autocompasión moral de quedarte en casa, mantenido, cuidado y dependiente de una cutre pensión no contributiva o haciendo bolitas de papel para mosaicos en una asociación, que no tengo nada en contra de ellas, pero podemos llegar a más.
Eres más que todo eso, y lo sabes, de ti dependerá decidir cuanto tiempo más estas dispuesto a tirar y perder compadeciéndote, añorando tu pasado y comprender que el pasado es ya un freno para ti, un lastre que cuanto antes empieces a soltar mejor, y que aún tienes muchas puertas por abrir y que las llaves están en la calle, en la vida, entre la sociedad.
SAL a buscarlas con decisión y ganas de luchar e intención de encontarlas, para empezar a abrir esas nuevas puertas inexploradas para ti, porque desde luego una cosa ten clara, en tu casa calentito y protegido no ESTÁN ni las ENCONTRARÁS.
En esta situación tu mejor aliado, además de tí, es la calle, entonces sal, lucha, hazte un hueco y demuestra a la sociedad que realmente eres y te sientes uno más.
Raul Martinez